A year has come and gone since Barrie’s passing. It has been an intense year; a year in which I have done so many things I wouldn’t have done if Barrie had been here.
For a few months, I went to swing classes in Málaga every Friday! I have always loved dancing, so when we first met, we used to go to dance classes together. I taught him the basics of all the dances I knew. His favourite was Bachata.
I participated in my first DEKA teams with my daughter in July 2024. I went back to the gym on January 2nd, 2023. I have been training almost every single day. My next challenge is DEKA Torremolinos on March 1st. I’ll be doing this one alone! He never liked exercise, he said he’d done enough in his youth and now that he was retired, he wanted to rest, so even though we walked a few times a week, he left the gym to me 😊!
I’ve been travelling again as well. We used to travel a lot! Our last trip together was for our 60th-70th birthdays. He’d always wanted to go to Canada, so in July 2019, we went to Vancouver. I have been on short trips around Spain and have gone on one big trip to Oslo. It was my first trip abroad since 2019. I couldn’t manage it alone just yet, so I went with my sister and niece. It was great to be at an airport again and to feel the thrill of taking off and landing. I’ve decided I’m going to travel abroad at least once a year, to all the different places we wanted to go to but never made it to.
I’ve been journalling almost every day, too. My first entry is dated January 10th, not long after Barrie went to rest. Of all the activities I have embarked on since his passing, this is the one that has brought me most peace.
Sure, I wake up in the morning and wander around the apartment saying good morning to all his pictures, but sitting down and writing to him is what has kept me moving forward. Had it not been for this procedure of writing to him and expelling the anger, frustration, tremendous sadness and literally heart gripping sorrow, I don’t know how I would have coped.
My family, friends and colleagues have been a grounding support, too. They have been there to listen to my stories, to hug me, to wipe my tears, to encourage me, to help me keep him alive in our hearts and memories.
I’ve also made several new friends. Barrie was quite shy and introverted; he didn’t like crowds. I’m the opposite. I love meeting new people, and I missed having a social life. Ever since my love was diagnosed, our lives turned into hospital visits, therapy, clinics, COVID -of course-, and isolation for fear of contamination. We went out every now and then when he could, even when he was in his wheelchair I would take him to the beach. I think back now, and he probably didn’t want to, but he did it for me. He endured the discomfort because I loved my paddleboard, I loved the sea, I loved eating out.
So now I’m claiming me. I’m going back to who I was, with a hole in my heart and without the joy that he used to bring me, but I’m finding a new joy. He’s still there with me and only other widows can understand this, he’ll always be there, I’ll always feel that presence, but now I’m on a journey of re-discovery. Where that journey will take me I’ll never know; for how long? I don’t know that either, but I’m going to make the most of what I like and what I want to do, not only because I know that Barrie smiles down on me when I dance or am at the gym, but because I’m going back to “me”.
Women are so often caregivers and are so often landed with responsibilities they didn’t choose, taking care of parents, taking care of children, taking care of siblings, taking care of partners; so much so, that when the time comes to take care of themselves, it takes time to adjust to the fact that there is only “me” now. I have to be me and take care of me. That is a full-time job, too. One that we rarely reflect upon and one that should be our number one priority, not because we are selfish, simply because we exist, we are and we have the right!
Un año ha pasado desde el fallecimiento de Barrie. Ha sido un año intenso; un año en el que he hecho muchas cosas que no habría hecho si Barrie hubiera estado aquí.
Durante algunos meses, fui a clases de swing en Málaga todos los viernes. Siempre me ha encantado bailar, así que cuando nos conocimos, solíamos ir juntos a clases de baile. Le enseñé lo básico de todos los bailes que conocía. Su favorito era la Bachata.
Participé en mi primera competición DEKA con mi hija en julio de 2024. Volví al gimnasio el 2 de enero de 2023. He estado entrenando casi todos los días. Mi próximo desafío es DEKA Torremolinos el 1 de marzo. ¡Esta vez lo haré sola! A él nunca le gustó hacer ejercicio, decía que había hecho suficiente en su juventud y que ahora que estaba jubilado, quería descansar. Así que, aunque caminábamos un par de veces a la semana, el gimnasio me lo dejó a mi 😊.
También he empezado a viajar de nuevo. ¡Solíamos viajar mucho! Nuestro último viaje juntos fue para celebrar nuestros cumpleaños 60 y 70. Siempre había querido ir a Canadá, así que, en julio de 2019, fuimos a Vancouver. He realizado viajes cortos por España y he hecho un viaje más largo a Oslo. Fue mi primer viaje al extranjero desde 2019. No podía manejarlo sola aún, así que fui con mi hermana y mi sobrina. Fue genial estar en un aeropuerto de nuevo y sentir la emoción de despegar y aterrizar. He decidido que voy a viajar al extranjero al menos una vez al año, a todos los diferentes lugares a los que queríamos ir, a los que no nos dio tiempo.
También he estado escribiendo en un diario casi todos los días. Mi primera entrada está fechada el 10 de enero, poco después de que Barrie descansara. De todas las actividades en las que me he embarcado desde su fallecimiento, esta es la que más paz me ha traído.
Claro, me despierto por la mañana y me paseo por el piso diciendo buenos días a todas sus fotos, pero sentarme a escribirle es lo que más me ha animado a seguir adelante. Si no hubiera sido por este procedimiento de escribirle y expulsar la ira, la frustración, la tristeza tremenda y un dolor que literalmente me aprieta el corazón, no sé cómo lo habría conseguido.
Mi familia, amigos y colegas también han sido un apoyo fundamental. Han estado ahí para escuchar mis historias, abrazarme, secar mis lágrimas, animarme y ayudarme a mantenerlo vivo en nuestros corazones y recuerdos.
También he hecho varias amistades nuevas. Barrie era bastante tímido e introvertido; no le gustaban las multitudes. Yo soy todo lo contrario. Me encanta conocer gente nueva y echaba de menos tener una vida social. Desde que diagnosticaron a mi compañero del alma, nuestras vidas se convirtieron en visitas al hospital, terapia, clínicas, COVID -por supuesto-, y aislamiento por miedo al contagio. Salíamos alguna vez cuando él podía, incluso cuando estaba en su silla de ruedas, lo llevaba a la playa. Ahora que lo pienso, probablemente no quería, pero lo hacía por mí. Soportó la incomodidad porque a mí me encantaba mi tabla de paddle surf, me encantaba el mar, me encantaba salir a comer.
Así que ahora me estoy reclamando a mí misma. Estoy volviendo a ser quien era, con un hueco en el corazón y sin la alegría que él solía darme, pero estoy encontrando una nueva alegría. Él sigue aquí conmigo; sólo otras viudas pueden entender esto; siempre estará ahí, siempre sentiré su presencia, pero ahora estoy en un viaje de redescubrimiento. Adónde me llevará ese viaje nunca lo sabré; ¿durante cuánto tiempo? Eso tampoco lo sé, pero voy a aprovechar al máximo lo que me gusta y lo que quiero hacer, no sólo porque sé que Barrie sonríe al verme bailar o estar en el gimnasio, sino porque estoy volviendo a ser “yo”.
Las mujeres a menudo somos cuidadoras y con frecuencia nos vemos cargadas de responsabilidades que no elegimos pero que “nos tocan”, cuidando de padres y/o madres, de hijos, de hermanos, de parejas, tanto es así que cuando llega el momento de cuidarnos a nosotras mismas, nos cuesta ajustarnos a la realidad de que ahora solo hay “yo”. Tengo que ser yo y cuidar de mí. Ese también es un trabajo a tiempo completo. Uno sobre el que rara vez reflexionamos y que debería ser nuestra prioridad número uno, no porque seamos egoístas, simplemente porque existimos, somos, ¡tenemos derecho!